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Nematodes: si no los veo, ¿no están?

¿Puede usted nombrar un animal que haya existido por un estimativo de un billón de años, haya evolucionado hacia más de 1 millón de especies diferentes, haya causado unos daños estimados por 77 billones de dólares en agricultura anualmente, y haya frustrado a golfistas y a encargados del césped? Si su respuesta fue los nematodes, está usted en lo correcto. Los nematodes son unos gusanitos microscópicos que se alimentan del césped, y pueden causar severos daños a las superficies de juego de las canchas de golf.

Los nematodes pueden frustrar a los encargados del césped, dado que el daño que ocasionan es difícil de predecir y diagnosticar. Los nematodes son invisibles a simple vista, y el daño causado por su alimentación no se distingue fácilmente del daño causado por otros estreses. Siempre es más difícil manejar lo que no puede ser fácilmente visto o medido.

Los nematodes pueden, también, ser un problema muy persistente. Están bien adaptados para vivir en los suelos de canchas de golf irrigadas, donde hay un amplio suministro de alimento, y permanecen activos todo el año, en lugares donde los suelos no se congelan. Algunas especies de nematodes tienen, incluso, la habilidad de permanecer casi inactivos cuando las condiciones de crecimiento son desfavorables, esperando para unas mejores condiciones antes de retornar a su actividad. Este mecanismo de supervivencia les permite persistir a través de períodos de sequía y temperaturas frías, o cuando su alimento no está disponible.

Los nematodes están casi siempre presentes en los suelos de las canchas de golf, pero eso no significa que el daño al césped sea inminente. No todos los nematodes afectan negativamente a la salud de las plantas, y las plantas de césped saludables pueden tolerar una modesta cantidad de la alimentación de los nematodos. Sin embargo, las plantas que se encuentran bajo desgaste o bajo stress, y pueden estar previamente sufriendo un debilitamiento de sus raíces, pueden no tener éxito en tolerar a los nematodes. Una alimentación profusa de los nematodes reduce el vigor de las raíces y de las plantas, dejando al césped más susceptible a marchitarse o decaer. Los golfistas pueden apreciar manchones amarillentos en las superficies de juego impactadas por los nematodes, pero no podrán ver los daños más intensos que existen bajo tierra, que podrían causar un gran deterioro en las condiciones de juego.

Las canchas de golf con una historia de daños por nematodes deberían monitorear las poblaciones de nematodes a lo largo de la temporada. Esto es logrado mediante la recolección de muestras de suelo o césped de las áreas afectadas previamente, o tomar muestras de áreas específicas donde se sospecha que hay actividad de nematodes. Un laboratorio de diagnósticos removerá cualquier nematode de las muestras y proveerá recomendaciones para su manejo, en base al tipo y cantidad de nematodes presentes. La implementación de prácticas comunes que maximicen el crecimiento de las raíces, y minimicen el desgaste de la planta -por ejemplo, aumentar la altura de corte – puede mitigar el daño de los nematodes, pero ocasionalmente podría existir la necesidad de hacer uso de nematicidas, para reducir a las poblaciones dañinas.

Los nematodes probablemente no reciben la atención que merecen en muchas partes del mundo. Quizá esto se debe a que su actividad no es fácilmente identificada, ni tampoco su impacto inmediato. Son una fuerza silenciosa y desestabilizante, que es capaz de irrumpir seriamente en las condiciones de juego de las canchas de golf en determinadas situaciones. Los nematodes pueden no estar a la vista, pero no dejemos de considerarlos.

El presente artículo fue aportado a TGMdigital por la USGA, y extraído de su página web.

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