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Sin rastrillos en Inwood Country Club

Por Daniel Friedman, Green Comittee Chairman, Inwood Country Club.

Ubicada en Jamaica Bay, en la costa sur de Long Island, Inwood Country Club ha visto muchas tendencias en sus 121 años de historia. Diseñada por Herbert Strong, y sede del 1921 PGA Championship ganado por Walter Hagen y el 1923 U.S. Open ganado por Bobby Jones, Inwood invoca a una sensación de antigua tradición y falta del paso del tiempo.

En los últimos 18 años, bajo la dirección del arquitecto Brian Slawnik, Inwood ha estado restaurando su histórico campo de golf. Esto ha incluido una importante remoción de árboles, la expansión de sus greens y fairways a sus tamaños originales, y la eliminación de algunas características modernas como los lavapelotas y los caminos de carros de asfalto. Este año, luego de experimentar dos años sin rastrillos en los bunkers debido a la pandemia, Inwood ha decidido erradicar los rastrillos de bunkers en forma permanente.

Cuando Bobby Jones ganó el 1923 U.S. Open en Inwood, los bunkers eran rústicos, rugosos y no tenían rastrillos (Inwood CC).

Nuestro comité de cancha tenía muchas razones prácticas y filosóficas para decidir por qué la cancha debía seguir sin rastrillos. Sin embargo, la razón más sólida que vimos en estos últimos dos años es que el golf sin rastrillos es más divertido. ¿A quién le gusta rastrillar un bunker? Pensamos que las rondas en Inwood son 10 a 15 minutos más cortas sin rastrillos.

Aparte de ello, encontramos que no solo se beneficia la experiencia del golfista. El no tener rastrillos ha sido muy beneficioso para el presupuesto de mantenimiento. En primer lugar, hemos eliminado el costo de proveer los rastrillos. Inwood tenía aproximadamente 400 rastrillos para sus 110 bunkers. A un costo de U$ 50 por un rastrillo de calidad, la reparación y el reemplazo pueden sumar muchos dólares cada año. Sumamos a eso que el staff ya no dedica tiempo a mover los rastrillos y a volver a ubicarlos en su lugar cuando se rastrillan los bunkers o cuando se corta alrededor de los mismos.

Desde un punto de vista estético, nos hemos esforzado para presentar una vista más natural, y un aspecto y sentimiento de la vieja escuela. Esto incluye festucas que se mecen con el viento, áreas arenosas fuera de juego, y bunkers que no están tan preparados y así encajan con el ambiente natural que rodea al campo. La comisión entendió que 400 rastrillos distribuidos en toda la cancha no contribuían al objetivo de una presentación más natural y tradicional.

El presente artículo es un extracto del artículo original presentado

 

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