La importancia de un área de juego corto amplia y competitiva.
El golf es un deporte que requiere mucha práctica, y el juego corto constituye una parte muy importante para poder mejorar el score y convertirse en un mejor jugador. Se entiende por juego corto todos aquellos golpes que se ejecutan alrededor del green, incluidos approaches y juego desde el bunker, de una distancia que puede rondar las 10 a 50 yardas.
Los clubes por lo general cuentan con un sector para práctica del juego corto, pero este suele ser un pequeño green con un pequeño bunker, que muchas veces no refleja lo que puede suceder con los tiros alrededor de los greens cuando uno se encuentra en la cancha.
Tuve la oportunidad de visitar en estos días el Real Club de Golf El Prat, en Barcelona. El Club cuenta con 45 hoyos diseñados por Greg Norman, y con un sector para práctica de juego corto digno de envidia.
El green tiene unas 50 yardas de largo, y debe tener una superficie aproximada de 1.500 m2. Cuenta con 3 bunkers estratégicamente ubicados, iguales a los que uno se puede encontrar en el campo. El green también cuenta con movimientos, pendientes y caídas como los que se encuentran en la cancha, permitiendo al jugador ejecutar los mismos tiros calculando distancias y caídas tal como los que deberá enfrentar en una vuelta de golf en este campo.
Por supuesto que para contar con una zona de práctica de juego corto de estas características se necesita una importante superficie de terreno, y una buena suma de dinero para su construcción y mantenimiento. Tanto bunkers y entornos deben contar con un importante movimiento de suelo y varios metros de drenaje, y el green debe estar perfectamente construido bajo las mismas normas que los greens del campo de golf. Una combinación bastante difícil para muchos clubes.