El mantenimiento de los campos y las expectativas de los golfistas

Por la GCSAA
Todo golfista desea jugar en un césped de calidad. Y, efectivamente, la mayoría de los operadores de canchas de golf y sus propietarios también quieren tener un césped de calidad.
Y, por supuesto, los superintendentes de las canchas de golf trabajan duro para lograrlo. Entonces, ¿por qué estos deseos no llegan a ser cumplidos?
A veces, se ven descarrilados a causa de que los golfistas tienden a enfocarse en aquello que no les agrada, en vez de aquello que puede ser alcanzado. Entonces, los propietarios de las canchas o los clubes se ven forzados a ir detrás de las quejas, en vez de seguir un plan de acción razonable.
A.W. Tillinghast, el arquitecto de diseñó la cancha Bethpage Black y Winged Foot Country Club, entre otras, afirmó: «Es de mi creer que demasiadas canchas americanas se ven retrasadas en un apropiado desarrollo y mejoramiento por críticas y consejos irrazonables, aunque sin duda bien intencionados, provenientes de los vestuarios. Sin duda alguna, existen más arquitectos y autoridades de cancha amateur dentro de los socios de algunos de nuestros clubes que los que están desarrollando estos oficios profesionalmente».
El superintendente de cancha de GCSAA es la persona que tiene el conocimiento más íntimo de la cancha, y quien sabe mejor que nadie cómo proceder en el cumplimiento de objetivos para el mantenimiento de las canchas, pero existen expectativas irrealistas y presiones externas que a veces no le permiten aplicar ese conocimiento.
Chris Hartwiger es un agrónomo de la USGA y consultor de canchas de golf, y ha visto más que un par de estas situaciones. Él y otros agrónomos pasan mucho de su tiempo hablando con otros superintendentes de canchas de golf, comisiones y propietarios de las canchas durante el Turfgrass Advisory Service, y frecuentemente escuchan a golfistas con expectativas irrazonables.
«Unas buenas condiciones para jugar al golf no suceden por accidente», afirma Hartwiger. «Suceden cuando se reúne un equipo que dispone de los recursos e infraestructura necesarias para alcanzar sus objetivos deseados».
Ofreció varios ejemplos de expectativas no cumplidas:
Producir un corte de calidad: Los agrónomos frecuentemente escuchan que el corte no fue bueno para una o más partes de la cancha. Frecuentemente, es un fallo en la disponibilidad de los recursos adecuados- ya sea que la cancha no dispone de un equipo para afilado de las máquinas, o que no ha permitido al mecánico de la cancha adquirir el entrenamiento necesario para los equipos existentes.
Un rough que no sea demasiado «rough»: Un dueño de una cancha dice: «Disponemos de nuevo personal y un nuevo equipo, entonces, por qué está el césped tan inconsistente?» En muchas áreas, especialmente el Sureste de USA, la sombra y la incompleta cobertura de irrigación sentencian al rough a la inconsistencia.
Los superintendentes saben que pedirle a los céspedes «amantes del sol» que crezcan en la sombra y compitan con las raíces de los árboles por agua es inútil, pero los golfistas raramente permiten al superintendente remover los árboles que serían necesarios para un buen césped.
Bunkers consistentes: Los golfistas universalmente quieren bunkers perfectos, no tan firmes ni tan blandos. Como los Goldilocks, los quieren «justo perfectos». Desafortunadamente, los bunkers nunca serán así de consistentes en el curso de la temporada.
Es preciso tener expectativas realistas cuando los recursos no son los suficientes para un mantenimiento ideal.
La solución implica una mejor comunicación, y el desarrollo de una red que incluya a los golfistas, la tienda de golf, el gerente general, la comisión de cancha y el equipo de manejo del césped.
Mejores putting greens: Los mejores putting greens tienen muchos de los siguientes factores en común:
- Un hábil superintendente miembro de la GCSAA, y personal experimentado.
- Buena construcción y suficiente tamaño para su cantidad de juego.
- Uso de una variedad mejorada de césped.
- Compromiso a una aireación y fertilización sensatas.
- Poca sombra y buena circulación del aire mediante sitios abiertos o ventiladores.
- Excelente calidad de agua.
- Programa de corte sensato.
- Ventilación en verano.
Sin ellos, la probabilidad de conseguir un mejor green también declina.
Es obvio que el rol de una comisión de cancha o del propietario de la cancha es trabajar en sintonía con el superintendente para desarrollar e implementar un plan coordinado, pero ¿dónde entra el golfista en el cuadro?
Un buen primer paso es un cambio de mentalidad. Si su cancha se encuentra regularmente inundada de quejas, es difícil crear un plan de administración realista. Si, en cambio, los golfistas están genuinamente interesados en lo que pasa en la cancha, y hacen preguntas cuando no entienden qué está sucediendo en la cancha, el equipo de administración puede comenzar el diálogo que produce metas alcanzables.
«El truco está en orientar a todos en la misma página», dijo Hartwiger, «Si las quejas y críticas son un tema recurrente, enfóquese en construir el equipo y recursos necesarios para brindar los resultados deseados».
Todas las canchas tienen algunas limitaciones de presupuesto, por ende, si no es posible que todos los empleados, las máquinas, el presupuesto y la infraestructura mantengan satisfechos todos los deseos, hay ayuda disponible. En adición al hecho de que su superintendente es la persona que más sabe acerca de la cancha y lo que puede ser alcanzado, él o ella dispone de una red de más de 20.000 otros profesionales disponibles en la Golf Course Superintendents Association of America, y de los extensivos recursos profesionales y educacionales ofrecidos por la asociación.
Lo que los golfistas reclaman puede no ser realista en todas las canchas, pero la buena noticia que todas las canchas pueden establecer expectativas alcanzables, e impulsar a los golfistas a disfrutar la cancha cuando juegan.
El presente artículo fue aportado a TGMdigital por Rutgers University y extraída de la Rutgers Professional Golf Turf Managers School.