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Campos de golf productivos

Por Paul Jansen.

Las canchas de golf – grandes y pequeñas – cubren una porción significativa de tierra. La mayoría de nuestras canchas de golf modernas de 18 hoyos cuentan con más de 185 acres de terreno. Pero algunas de las canchas más únicas, divertidas y atractivas del mundo – como Nuwara Eliya, Kingston Heath y Utrecht De Pan – cubren al menos 100 acres. Para que podamos dimensionarlo, Wikipedia define un acre como “…una unidad de área que contiene 4.840 yardas cuadradas, lo que es aproximadamente el tamaño de una cancha de fútbol, o 16 canchas de tenis”. De esto, usted obtiene una buena idea de cuan grandes son estas canchas de golf, y una apreciación de la cantidad de trabajo que el superintendente de golf (y su equipo) tiene que manejar día tras día.

Las canchas de golf están transformándose en lugares de trabajo cada vez más sustentables; algo de esto es debido a una reducción en las áreas de alto mantenimiento (como los roughs alejados), que en el pasado hubiesen recibido un nivel de atención significativo y un cuidado constante. Pocas canchas de golf habrán comenzado sus vidas con su futuro a largo plazo en mente, pero ahora, muchas están entendiendo que asegurar su futuro dependerá de encontrar modos de ser más sustentables.

Como un sector de negocios, no creo que nos hayamos hecho ningún favor al diseñar y construir, y posteriormente poner el foco en canchas de golf que son excesivas en todo sentido. El hecho triste es que la gente que está fuera del ámbito del golf – buscando una manera de denigrar nuestro juego – se vale del modo en que se ven estas canchas para resaltar la cantidad de recursos que consumen en una amplia extensión, apoyando su posición de que las canchas de golf son una carga para el medioambiente. Hay, sin embargo, cientos de ejemplos de campos de golf que en realidad mejoran su espacio, pero lamentablemente no escuchamos suficiente sobre ellos.

Uno de los modos en los que, creo yo, podemos mejorar la imagen de nuestro deporte, reducir la tasa de mantenimiento y mejorar la experiencia de juego en la cancha de golf, es que más establecimientos sean diseñados para usos múltiples. En lugares como Escocia, las canchas fueron (y a veces siguen siendo) tierra común, siendo utilizadas por los residentes del pueblo cercano para actividades de recreación más allá del golf. Hasta hace no mucho tiempo, las canchas de golf eran utilizadas para cualquier motivo, desde ser un espacio en el que viven los animales, hasta, de algún modo extrañamente, lavar la ropa.

Como parte del concepto multiuso, ¿podríamos acaso cultivar una especie comestible en una cancha de golf, o redirigir hoyos nuevos para aprovechar un cultivo existente, o regenerar un sistema perdido para que vuelva a existir? Tener un cultivo comestible en una cancha de golf no es un fenómeno nuevo, algo que tuve la oportunidad de experimentar recientemente, cuando pasé casi un mes en el Sur asiático, recorriendo algunas de las canchas de golf más únicas, sustentables y “comestibles” de la región.

La nueva cancha de golf Shangri La Hambantota, cerca de la ciudad de Hambantota, en la punta sur de Sri Lanka, está asentada en aproximadamente 100 acres de terreno costero. La atención de sus visitantes se ve atraída hacia los cientos de árboles de coco que rodean el paisaje y delimitan muchos de los hoyos de golf. En esta instancia, los árboles de coco dan a la cancha de golf una identidad – al menos para muchos de sus hoyos. Recientemente, Peter Haarhof (Superintendente de Golf) y Romain Pourveer (Director de Golf) tuvieron la novedosa idea de cultivar ananás – la fruta nacional de Sri Lanka – en algunas de las áreas de rough. Hasta 15.000 ananás han sido plantados, lo que ha contribuido a crear una escena notable, que uno simplemente no puede olvidar con facilidad. Estas áreas de ananá requieren ahora menos atención y trabajo que lo que exigían antes. Los ananás (y cocos) son utilizados en el establecimiento, por lo que esta iniciativa ha contribuido a crear una situación en la que todos ganan.

Mangos en Yay Tagon, Myanmar

La principal exportación de frutas de Myanmar consiste en el mango, el cual puede ser encontrado en cantidades a lo largo del país, y particularmente en el área alrededor Mandalay, donde podrá también encontrarse con dos canchas de golf sorprendentemente bellas: The Yay Tagon Taung Golf Club y Shwesaryan Golf Resort. El diseño de ambas canchas de golf asume una doctrina de menos es más (diseño con MENOS características creadas por el hombre, para dar a los golfistas una oportunidad de apreciar MÁS de los alrededores). Los árboles de mango existentes rodean muchos de los hoyos, y a veces suman un interés estratégico. En este caso, los golfistas deben maniobrar su pelota sobre, debajo o alrededor de estos árboles de frutas para alcanzar su objetivo. A medida que los mangos caen, son coleccionados y consumidos por el personal de mantenimiento local, o cualquier golfista que quiera un bocado de esta fruta tropical.

Nada se desperdicia, ya que la fruta que está demasiado madura es una fuente de alimento para cierta parte de la fauna local – como los monos que llegan desde las montañas.

Arrozales en Laguna, Vietnam

Los arrozales que delinean cuatro de los hoyos en Laguna Lang Co Resort, en Vietnam, son un caso de diseño regenerativo. Los arrozales permanecieron improductivos por muchos años antes de la construcción de la cancha de golf, pero han sido resurgidos y ahora constituyen hasta 5 hectáreas de la propiedad de la cancha de golf, en la cual influyen al juego tanto visual como estratégicamente. Notablemente, cuando todos los arrozales son sembrados, pueden producir hasta 30 toneladas de arroz, por dos cosechas por año. Este arroz es utilizado en el resort o distribuido entre los locales. Esta es una característica única de una cancha de golf – aunque no única para Vietnam – y los golfistas que juegan una ronda en el Laguna Lang Co experimentan genuinamente un verdadero sentido del lugar, generado por esta característica bien comestible.

A medida que el golf crece, ¿por qué no incluir más canchas de golf con una cosecha consumible? Los beneficios son reales, no solo en la cancha de golf, pero fuera de ella también, y agregar productividad al uso de la tierra no puede ser algo negativo.

Paul Jansen creció en Sudáfrica, muy cerca del célebre Durban Country Club. Comenzó su carrera de diseño en los Estados Unidos, y ha trabajado más intensamente a lo largo de Europa, y ahora Asia. Paul se unió a Faldo Design en 2004, como un asociado de diseño, y posteriormente progresó al rol de arquitecto en jefe.

En 2011, Paul estableció Jansen Golf Design and Construction, con oficinas en Asia y las Américas. Apunta a utilizar su experiencia y nutrir su pasión por la arquitectura del golf, trabajando globalmente, en crear experiencias de golf memorables y sustentables.

El presente artículo fue aportado a TGMdigital por la R&A, y extraído de su página web.

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