Superintendentes: cómo reforzar su seguridad laboral

Solidifique su status como superintendente empleado, incluso de cara a una incertidumbre económica y un mercado laboral en evolución. Un veterano de la industria comparte tips fundados en más de 40 años en la profesión.
Por Dennis Lyon
¿Cuáles son las 9 palabras que un superintendente de cancha de golf más teme? Son usualmente expresadas luego de que el superintendente ha sido llamado a la oficina de su jefe para una reunión, solo para encontrarse con toda la comisión de golf reunida en la oficina. El jefe se ha convertido repentinamente en lo que yo refiero como el “Greenkeeper Grim Reaper”. De la boca del jefe salen entonces esas terribles 9 palabras: “Hemos decidido llevar la cancha en una nueva dirección”.
Nadie le dice cuál es la nueva dirección o qué había de malo con la dirección anterior-todo lo que sabe es que ahora no tiene trabajo. Repentinamente siente como si lo hubiera pisado un camión (yo fui realmente pisado por un camión antes –no se siente muy bien). Preguntas inundan su mente. ¿Cómo pago mis cuentas? ¿Qué hay de mi familia? ¿Qué pasará con mi carrera? Y, si se encuentra por encima de los 55 años, temerosamente se pregunta: ¿Cómo compito por un nuevo trabajo con el altamente educado y tecnológicamente actualizado asistente de superintendente que ha estado esperando 10 años por una oportunidad por un trabajo de superintendente de cabecera?
Como antiguo presidente y miembro por 43 años de la GCSAA, he escuchado incontables historias de colegas sobre encuentros con el Greenkeeper Grim Reaper. Fui afortunado de tener una carrera que abarcó 37 años como superintendente/manager de golf de la Ciudad de Aurora, Colo., y durante mi tiempo en el rol, tuve la oportunidad de manejar una cancha municipal, una cancha ejecutiva de 18 hoyos, un country club que la ciudad compró, una cancha militar que la Armada devolvió a la ciudad luego de que la base cerró, y una cancha de 9 hoyos par-3. Fui también el Project Manager en la construcción de dos canchas de campeonato. Lo que sigue son mis sugerencias a colegas superintendentes para triunfar en sus carreras, y también sirven de estrategias para maniobrar lejos del Greenkeeper Grim Reaper.

El comportamiento de un líder: mantenerse positivo con el staff, más allá de decisiones derivadas de mantenimiento, con las que el superintendente puede estar en desacuerdo, es una entre las cualidades que el ex presidente de la GCSAA Dennis Lyon, CGCS (derecha), ve en un superintendente exitoso.
- Esté completamente comprometido a su trabajo y su empleador. Esto puede parecer demasiado directo, pero en adición a proveer una cancha de golf estelar, esté comprometido con el trabajo en equipo como prioridad. El superintendente es un componente esencial del equipo de mantenimiento del complejo, por lo que ser reconocido en todos los aspectos del complejo es importante, y un signo de dedicación. Si usted no está feliz en el trabajo, encuentre el motivo y piense en qué necesitaría cambiar para sentirse contento en su posición. Si estos cambios no parecen plausibles, podría ser tiempo de considerar cambiar y seguir adelante.
- Manténgase positivo con el staff. El superintendente es responsable de representar los intereses de la operación de golf al equipo de mantenimiento, y no todas las decisiones y expectativas derivadas parecerán justas o apropiadas. Sin embargo, palabras negativas emitidas por usted (el jefe) a miembros del equipo acerca de su empleador únicamente desalentará su moral y actitud frente a su trabajo. El negativismo mueve todo en la dirección equivocada y solo termina empeorando cualquier situación. Tome el buen camino y mantenga una actitud positiva, una actitud de “poder hacerlo”. Un líder fuerte inspira a su staff siendo optimista y apoyándolo, no quejándose.
Durante mis décadas en el negocio del golf, he encontrado que es mejor no asumir que comentarios negativos hechos a cualquiera permanecerán confidenciales. Espere que las acotaciones negativas hagan camino hacia otros-incluso aquellos que firman sus cheques- y actúe acorde a ello. - Incremente su valor para su empleador. Asuma responsabilidades adicionales cuando la oportunidad se presenta y, cuando sea posible, sea un participante más activo en la gestión del complejo. Hubo un tiempo en mi carrera cuando la ciudad operaba solo tres canchas de golf. Mi jefe consideró que yo tenía habilidades de liderazgo que podrían extenderse más allá, por lo que agregó a mi lista de deberes la gestión de la división de silvicultura y el mantenimiento de todos los edificios de la ciudad (bibliotecas, estaciones de policía, etc). Tuve estas responsabilidades por aproximadamente diez años en adición a la gestión de las canchas de golf de Aurora. Eventualmente, la ciudad comenzó a añadir más canchas, y volví a gestionar exclusivamente sobre golf; pero durante esos 10 años, incrementé mi valor para mi empleador. También aprendí mucho sobre mis deberes adicionales, lo que me convirtió en un mejor superintendente por el resto de mi carrera.
- Sea visible y comprometido. Para algunos superintendentes, interactuar con personas es algo natural. Para otros, puede ser un peso. Yo he encontrado que muchos superintendentes tienden a ser más del tipo detrás de escena. Sin duda alguna nosotros preferimos una hermosa cancha de golf al amanecer a una junta directiva reuniéndose al atardecer, sin embargo, ambos casos son críticos para nuestro sustento y éxito.
Cuando se trata de interacciones dentro de la cancha, creo que la mayoría de los golfistas cree que los superintendentes tienen un trabajo interesante y emocionante, así que no se prive de oportunidades de interactuar con ellos. Sea abordable y amigable. Los superintendentes exitosos toman oportunidades de escuchar a clientes y socios, incluso cuando el feedback no sea positivo. Acepte quejas como información valiosa, aprécielas, y actúe acorde a ellas. Usualmente, “Le agradezco por compartir lo que piensa” es la única respuesta inicial requerida. Incentive también a su equipo a ser abordable y amigable. Un comportamiento cálido de los miembros del staff ayuda a que sus colegas empleados y el 99 por ciento de los golfistas tengan una mejor experiencia afuera, en la cancha. - Recuerde: no importa cuánto ame usted a su cancha de golf, al menos que sea su dueño, no le pertenece. Que un superintendente cuide y ame a su cancha de golf es común y saludable. Sin embargo, he visto a superintendentes permitir que sus sentimientos de posesión se tornen en un detrimento para sus carreras. Somos nosotros mismos empleados, y la descripción de nuestro trabajo es mantener y manejar el establecimiento del modo en que los dueños lo quieren mantenido y manejado, incluso si podamos discrepar. Como profesionales, es apropiado compartir nuestros pensamientos con nuestros managers, particularmente cuando tenemos diferentes opiniones, pero en el análisis final, recuerde: la propiedad es la que manda, y los empleados de largo plazo siguen las reglas. Los superintendentes exitosos aceptan esta realidad.
- No se enfoque únicamente en proveer un césped sano y bello. Proveer un césped sano y hermoso es intrínsecamente parte del cargo del superintendente, pero tenga en mente que su trabajo es también manejar el césped de tal modo que provea condiciones excelentes y apropiadas para el juego del golf. Los superintendentes exitosos no son simplemente cultivadores de césped hermoso –son también los proveedores de excelentes condiciones de juego. Para ser satisfactorias, las condiciones de cancha deben promover igualdad de condiciones, disfrute y una experiencia globalmente positiva para aquellos participando en el juego del golf. Mi sugerencia es ver a la cancha de golf menos a través de los ojos del experto en césped, y más a través de los ojos del jugador.
- Sea respetuoso y amable con el staff, siempre. Los superintendentes exitosos proveen el entrenamiento y herramientas que sus empleados necesitan para hacer sus trabajos. Como líderes, son ejemplos a seguir que establecen un estándar de rendimiento alto. Son también profesionales y empáticos en su manejo de cuestiones relacionadas al personal.
Recuerdo un incidente años atrás en el cual un superintendente estaba enfadado con sus empleados y decidió recordarles quién era el jefe mediante una diatriba oral. Esta aproximación fue, desde mi punto de vista, un signo de debilidad en el liderazgo. Le aseguro que su personal ya sabe quién es el jefe. El supervisor debería, en cambio, haber determinado qué había causado las circunstancias que resultaron en su frustración, y luego haber llevado a cabo una acción más apropiada y específica. Quizá el staff tenía un problema de entrenamiento. Quizá fue un problema de comunicación. Quizá los empleados no sentían que estaban siendo tratados apropiadamente, y su rendimiento lo reflejaba. Un buen líder tiene la capacidad de mantenerse calmo, enfrentar la situación del modo que lo amerita, y trabajar con los empleados justa y adecuadamente, no emocionalmente.
A través de los años, hubo situaciones que surgieron y me frustraron, y me encontré a mí mismo pensando, “¿Cómo pudo haber sucedido esto?” Una técnica que siempre funcionaba para mí era resistirme a responder apresuradamente. Asumiendo que no era una cuestión de seguridad, me tomaba mi tiempo –posiblemente unos días –para calmarme, analizar la situación, y determinar cómo manejarla profesional y respetuosamente. He encontrado que el tiempo es mi amigo. Con el tiempo, situaciones difíciles resultan no serlo tanto, y las buenas soluciones resultan evidentes. - Continúe su educación. Estamos en una carrera compleja y competitiva. Una inversión en educación es una inversión en el éxito personal y de su establecimiento. Un superintendente exitoso permanece comprometido a la profesión afilando sus capacidades técnicas, personales y profesionales. Atienda a conferencias y reuniones locales. Conozca a otros superintendentes, y aprenda de ellos como lo haría con cualquier otro recurso educacional. En esta era de redes sociales y conexiones electrónicas, estoy preocupado por que las conexiones humanas estén siendo dejadas de lado. Sírvase de la GCSAA y de su reunión local como herramientas personales y profesionales. Todos aprendemos los unos de los otros y, desde mi punto de vista, aprendemos incluso más cara a cara.
Gracias en gran medida a la camaradería fomentada por la GCSAA, los superintendentes de canchas de golf se preocupan y ayudan entre sí, especialmente durante tiempos difíciles. Mi esperanza es que usted nunca escuche esas 11 devastadoras palabras del Greenkeeper Grim Reaper. Sin embargo si se aproxima, y usted ha establecido conexiones con sus otros superintendentes, no lo enfrentará solo.

Murphy Creek Golf Course, un diseño de estilo links, fue una de las propiedades bajo el cuidado de Lyon durante su tiempo como superintendente/manager de golf de la ciudad de Aurora, Colo.
Dennis Lyon, CGCS, es un miembro de 43 años de antigüedad de la GCSAA y fue el superintendente/manager de golf de la Ciudad de Aurora, Colo., por 37 años antes de retirarse en 2010. Ha servido como presidente de la GCSAA en 1989, y fue galardonado con el Col. John Morley Distinguished Service Award de la asociación en 2013. Lyon recibió el premio de la USGA Green Section en 2011, y fue reconocido por la Colorado Golf Association en 2015 como el Golf Course Superintendent of the Century (Superintendente de Canchas de Golf del Siglo). Él y su esposa, Penny, viven en Aurora y tienen cuatro hijos y seis nietos.
El presente artículo fue aportado a TGMdigital por la GCSAA y extraído de su publicación GCM (Golf Course Management).