En suelos arcillosos, cámaras y sumideros suelen no ser suficientes

Por el Ing. Agr. Ricardo de Udaeta.

Cuando hablamos de drenaje y de exceso de humedad, si trabajamos en suelos arcillosos la cosa suele ponerse complicada. Durante periodos de altas precipitaciones y en momentos de reducida evapotranspiración (otoño e invierno principalmente), los suelos arcillosos con escaso drenaje retienen la humedad hasta el punto de volverse completamente intransitables. Por este motivo, muchas veces vemos el cierre de campos de fútbol, campos de golf y otros campos deportivos donde, debido al exceso de humedad, resulta imposible desarrollar el deporte.

Hay gente que piensa que dando pendiente al suelo, eso será suficiente para poder mover el agua hacia un sumidero o hacia alguna cámara de drenaje cercana, y así lograr que el suelo se seque. Lamentablemente eso se encuentra muy alejado de la realidad. Es preciso comprender que los suelos arcillosos retienen la humedad inclusive en pendientes importantes, debido a que tienen poros muy pequeños que le impiden mover el agua en forma lateral o bien de manera gravitacional como para poder quedar secos.

Por este motivo, cuando necesitamos secar un suelo arcilloso, no basta solamente con generar pendientes hacia sectores más bajos donde podamos recolectar el agua. Es preciso también instalar caños de drenaje ranurados, rodeados de piedra, y ubicados a una distancia prudencial entre ellos que permita recolectar el agua que se encuentra dentro del suelo. La combinación de estos drenajes ranurados con un intensivo top dressing de arena hasta lograr subir el suelo unos 5 cm generando un perfil arenoso por encima de la arcilla es lo que nos podrá dar el éxito para poder drenar el suelo y poder transitar sobre él sin inconvenientes luego de una lluvia importante.

En la foto se puede apreciar el barro presente sobre el sector derecho del sumidero, y el suelo seco sobre el sector izquierdo donde se encuentran instalados drenajes ranurados.