Cuando la fauna coloniza (Parte II)
Por el Ing. Agr. Ricardo de Udaeta.
Continuando con el artículo posteado en nuestro número anterior de TGMdigital.com (carpinchos TGM 549), en esta parte II dedicamos nuevamente una nota para aquellos que no se cansan de definir a los campos de golf como contaminantes del medio ambiente.
En el cono sur (y en varias regiones de Latinoamérica), las cotorras también, al igual que los carpinchos, se sienten muy a gusto tomando a los campos de golf como hogar y hábitat para desarrollar sus vidas. Las cotorras se muestran tan prolíficas y tan presentes que no dejan de sorprendernos. Tal es el caso de esta foto, en la cual se observa un árbol que tuvo que ser podado por temas de seguridad, y en el cual las cotorras volvieron a construir sus nidos antes de que las nuevas ramas volvieran a crecer. Es sorprendente la velocidad con que construyen nidos, y ya se ha convertido en una música frecuente el chirrido estridente de su canto cuando caminamos por los fairways.
La presencia de cotorras en los campos de golf es un signo más de lo infundadas que suelen ser algunas críticas de ambientalistas a estos campos que, lejos de ser contaminantes, suelen ser refugio para gran cantidad de vida silvestre.