Cerrando la cancha para mantenimiento
Cerrar el campo es clave cuando, de otro modo, es imposible llevar a cabo ciertas prácticas agronómicas esenciales a causa de la intensidad del juego.
Por Mike Huck
Old Tom Morris, considerado el padre del greenkeeping moderno y el greenkeeper original del Old Course de St. Andrews, solía decir: “El campo de golf necesita un día de descanso, aún si no ocurre lo mismo con los jugadores.” Y es hasta el día de hoy que el Old Course de St Andrews es cerrado los domingos como parte de esta tradición.

Cerrar el campo de golf en forma regular, por ejemplo un día por semana, es una buena manera de mejorar el acondicionamiento del campo. Cerrar el campo es clave cuando, de otro modo, es imposible llevar a cabo ciertas prácticas agronómicas esenciales a causa de la intensidad del juego. Estas prácticas muchas veces incluyen programas culturales de trabajos muy intensivos como la aireación, la aplicación de topdressing, fertilizantes y pesticidas, y también los proyectos de drenaje, mantenimiento de árboles y mejoras en el riego, por nombrar algunos.
Es importante que este trabajo se realice de manera completa, y la mejor manera de hacerlo es sin interferencias del juego. Cerrar el campo un día a la semana, por otro lado, mantiene el presupuesto de mantenimiento controlado, ya que el mantenimiento preventivo importante es realizado en forma oportuna. Por ejemplo, es sabido que la productividad del personal desciende hasta un 40% cuando una actividad de mantenimiento debe ser suspendida en forma reiterada debido a la proximidad de los jugadores de golf.
En síntesis, el cierre rutinario del campo para el juego ha demostrado ser muy exitoso para los clubes de golf que aprecian el valor de un campo bien acondicionado.
Cerrar el campo los lunes no es la única opción para realizar trabajos de mantenimiento importantes
Los superintendentes son los primeros en advertir que sus campos se beneficiarían si solo hubiera más tiempo para realizar las tareas sin las interrupciones del juego. No hay duda de que cerrar el campo de vez en cuando para realizar tareas de mantenimiento puede significar una gran diferencia en su acondicionamiento.
Los cierres de rutina permiten que tareas de relevancia tales como el topdressing, el control de plagas, la aireación, la fertilización, los proyectos de drenaje y las mejoras en el riego se realicen en el momento oportuno. Respetar los tiempos establecidos para los trabajos de mantenimiento, en combinación con un día de descanso para el campo cada semana, ayuda inmensamente a generar condiciones de césped óptimas, especialmente en climas en los cuales el golf se juega 52 semanas al año.
Los jugadores no siempre lo ven de esta manera. Ellos prefieren que el campo se encuentre disponible todos los días que sea posible, y plantean diversos argumentos en contra del cierre del campo regular. Muchas veces lanzan frases como: “¡No podemos darnos el lujo de hacerlo!” o “¡Los socios nunca lo aprobarían!”. Pero en el siglo XXI, los operadores de campos de golf necesitan preguntarse a sí mismos si, siendo realistas, pueden permitirse no cerrar el campo en algún momento o, en última instancia, pensar en armar algún programa creativo para facilitar un mantenimiento ininterrumpido con fines específicos, incluyendo:
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Aplicaciones para control de plagas: Las restricciones de reingreso de aplicaciones químicas se están volviendo cada vez más estrictas. Las reglamentaciones actuales en algunas áreas exigen que las aplicaciones de pesticidas sean regadas (cuando lo indica el marbete) o que las pulverizaciones queden secas al tacto antes de que cualquier persona sin un equipo de protección pueda reingresar a las áreas tratadas. Durante condiciones húmedas, nubladas, o neblinosas, pueden requerir varias horas, o posiblemente un día entero, para secarse en la forma adecuada. Las reglamentaciones futuras podrían llegar hasta exigir un intervalo de reingreso de 12 a 24 horas luego de una aplicación química. En otras palabras, puede pasar que muy pronto no haya escapatoria respecto de la necesidad de cerrar el campo para la realización de controles de plagas.
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Lixiviado y mala calidad de agua: El uso mayor de agua reciclada y otras aguas no potables con un alto contenido de sal requiere un lixiviado esporádico. Esto es necesario para impedir que las sales solubles se acumulen en el suelo y le causen estrés al césped. Permitir el tránsito en greens blandos, excesivamente regados, inmediatamente después de un a lixiviación aumenta la compactación del suelo y perturba su uniformidad, afectando de este modo a la calidad del green. Este problema puede evitarse lixiviando los greens la noche anterior al cierre del campo y dejando que el suelo drene el día siguiente entero y regrese a una firmeza más razonable antes de permitir nuevamente el tránsito sobre él.
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Satisfacer las expectativas crecientes: Es fácil comprender el deseo de los jugadores de utilizar el club lo más posible. Sin embargo, el aumento del tránsito puede también comprometer su acondicionamiento. Por ejemplo, abrir un campo los lunes en un clima en el que el golf se juega 52 semanas al año puede resultar en un aumento significativo del juego. Excluyendo los típicos cinco lunes feriados observados, abrir los restantes lunes podría aumentar el tránsito en 700 vueltas o más cada año. ¡Con lo difícil que ya es satisfacer las expectativas de los jugadores de condiciones de juego de la más alta calidad, el tránsito adicional sólo podría empeorar las cosas!
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Los clubes públicos o de fee diario muchas veces creen que no pueden darse el lujo de cerrar, pero un cronograma creativo puede ayudarlos a reservar un tiempo para mantenimiento. Los clubes privados que reciben torneos externos los lunes para complementar sus ingresos a menudo programan estos eventos como salidas shotgun (simultáneas) comenzando al mediodía o más tarde, sin horarios de tee temprano en la mañana. Esto le deja al equipo de mantenimiento algunas horas valiosas previas al torneo para realizar tareas que es mejor hacer sin interrupciones a causa del juego. Con una planificación previa, un campo municipal o de fee diario podría programar regularmente salidas simultáneas un día que históricamente ha demostrado ser menos concurrido, permitiendo así un mantenimiento matinal. Una vez que los patrocinadores regulares hayan sido educados respecto de la lógica de un programa de este tipo y comiencen a ver un acondicionamiento mejorado, lo apoyarán completamente.
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Otro programa que utilizan algunos campos de zonas nórdicas y montañosas es el cronograma regular de las “noches de mantenimiento” durante los días más largos del verano. El tee del hoyo 1 es cerrado al mediodía o poco después del mediodía ese día en particular, permitiendo al personal trabajar en forma ininterrumpida luego del juego. El beneficio de este programa es que también acomoda a los jugadores en los horarios de tee de mañana, que es lo que generalmente prefieren ellos.
Acomodar el juego en torno a las operaciones de mantenimiento principales es un desafío permanente, y los campos que han sacrificado días de mantenimiento para satisfacer a los jugadores suelen encontrar difícil, sino imposible, revertir esta política.
Como último punto de consideración, los dirigentes del campo deben recordar que es su deber servir a la mayoría de los jugadores y, a largo plazo, un mayor número de jugadores se beneficiarán con los cierres periódicos más de lo que se perjudicarán.
Mike Huck fue agrónomo de la Southwest Region de la Green Section, donde los cierres de los campos de golf son siempre un tema de discusión acalorada.
El presente artículo fue aportado a TGM por la United States Golf Association y extraído de su publicación Green Section Record.
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