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La esperanza no es un plan

Muchas superficies de césped tienen sectores dañados que requieren reparación, y es recomendable contar con un plan para evitar que el mismo problema vuelva a ocurrir en el mismo lugar.

Por Brian Gietka, agronomist, East Region, USGA Green Section.

A mediados de junio de este año, antes de lo habitual en gran parte del noreste de USA, se instalaron y se mantuvieron altas temperaturas y mucha humedad. Todos los campos de golf que visité en julio en el marco del Course Consulting Service tenían al menos algunas zonas de césped que sucumbieron al estrés ambiental. Muchos campos de golf intentaron actuar con cautela reduciendo el mantenimiento que añade estrés mecánico y aplicando prácticas conservadoras, pero algunos céspedes simplemente se rindieron. A continuación se presentan algunas reflexiones sobre dos temas clave que se destacaron en mis recientes viajes.

Identificar las debilidades
Ahora es el momento de identificar por qué el césped tiró la toalla. ¿El ambiente en que crece el césped requiere más movimiento de aire y luz solar o un mayor drenaje? ¿Qué hay de los patrones de tráfico concentrados o los tees que son demasiado pequeños para las rondas que soportan? ¿Hubo presiones bióticas por aplicaciones preventivas demoradas o una combinación de estrés ambiental y factores bióticos que ningún programa de fumigación podría prevenir? Pida consejo a las universidades estatales, a otros superintendentes o a los agrónomos regionales de la USGA para averiguar por qué algunos céspedes solo sufrieron estrés, mientras que otras zonas murieron por completo. Las imágenes dicen más que mil palabras, así que, aunque queramos olvidar este verano, documentemos ahora las dificultades para poder asignar adecuadamente los recursos y mejorar las áreas o programas clave, porque es probable que en el futuro se repita un verano como este.

Recuperación con precaución
A medida que las temperaturas se moderan, los superintendentes pueden comenzar a cambiar el enfoque de sus prácticas hacia la recuperación y la mejora de la jugabilidad. Como se ha puesto de manifiesto este verano, las ventajas de contar con un vivero de césped in situ para reparar rápidamente las zonas dañadas con tepes que coincidan con el césped existente son muy importantes. La paciencia y el nitrógeno son muy valiosos cuando llegan las temperaturas más frescas, por lo que, cuando lo hagan, es importante tener un plan para aprovechar al máximo el periodo de recuperación. Evalúe el enraizamiento ahora: aunque la superficie del césped tenga buen aspecto, lo que hay debajo puede ser muy diferente. Es probable que las raíces sean poco profundas, así que no dude en retrasar prácticas agresivas como la aireación con sacabocados y, si es posible, cambie a púas sólidas más finas o venting.

Un antiguo mentor mío solía decir que hay superintendentes que han perdido césped y otros que lo perderán. No podemos cambiar el hecho de que el césped haya muerto, pero cuando el tiempo acompañe, no pierda la oportunidad de impulsar su recuperación.

TGMdigital agradece a USGA Green Section Record por el aporte de este artículo.

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